viernes, 2 de octubre de 2015

YOGA Y BIENESTAR

Para ayudar a nuestro bienestar, necesitamos estar bien espiritualmente, físicamente y mentalmente para luego poder estar bien socialmente.




Cuando vamos a una simple y común clase de Yoga, lo primero que hacemos es quitarnos el disestress o estrés nocivo, relajándonos y dejando que nuestro profesor de Yoga asuma la responsabilidad del grupo de guiar la clase.
Simplemente, nos relajamos y no nos preocupamos de qué debemos hacer, siguiendo las indicaciones de nuestro profesor. El nos indica posturas que nos rompen tensiones, respiraciones que nos calman y llenan de oxígeno.
Comenzamos a tener tiempo para nosotros mismos. Podemos concentrarnos en nosotros y brindamos atención a cómo estamos en realidad. Parece que el tiempo se vuelve más lento, que todo se cambia, que las preocupaciones mentales se van con las tensiones musculares y que el espíritu se suelta, permitiéndonos sentirnos a nosotros mismos.
Ese oasis de paz aumenta en la relajación y luego se potencia con los mantras o música al final de la clase, que se asemejan a una canción de cuna para adultos, el resultado es un momento de bienestar extraordinario.A todo esto le agrego luego un cambio diario en la forma de alimentarme, o sea, en la forma de respirar y de comer.

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